Obra pictórica sobre muro perteneciente al arte manierista de principios del siglo XVII. El autor es El Greco y la obra se encuentra en la Iglesia de Santo Tomé (Toledo). Pertenece al contexto histórico renacentista español. En la imagen se contempla la idea de la vida y la muerte diferenciándose una parte terrenal y otra divina.
En la parte terrenal (parte inferior de la imagen) observamos la escena principal de la muerte del Conde Orgaz. Éste es llevado por dos figuras eclesiásticas, las cuales rodean al Conde, los envuelben. Con la introducción de figuras del clero, se pretende divinizar y hacer honores al Conde fallecido. Es interesante en la escena mencionada el juego de pliegues con las telas, el uso de dorados, que remarcan la escena, el realismo y la expresividad de los peronajes. En la túnica dorada del clérigo de la izquierda de la imagen (San Esteban) podemos observar como se intruduce una obra pictórica dentro de la obra pictórica general. En ésta se ve una imagen de unos hombres desnudos, con canon alargado apedreando a otro hombre con vestimenta dorada, que está de rodillas en el suelo, es la representación del propio martirio de San Esteban.
Observemos también al niño que se encuentra en la parte inferior izquierda de la imagen, el cual, con rostro realista pero muy serio señala la escena antes mencionada.
Encontramos también a un sacerdote que desentona con el resto de la obra, ésta se encuetra junto al niño, y mira hacia el suelo cabizbajo, aquí se trata un juego de pliegues y sombras en la túnica muy interesante por su realismo. La túnica, en contraposicón con las otras del resto de la obra es grisácea, no negruzca ni dorada.
A continuación, a la derecha de la imagen observamos a un sacerdote implorante, de espaldas al espectador, que mira hacia el cielo, con los brazos abiertos, suplicando e implorando por el alma del Conde. En este personaje es de destacar el gran trabajo con su vestimenta, dado que vemos una prenda blanca transparente con pliegues muy bien trabajados. El trabajo sobre las transparencias es espectacular, y además, el escorzo de algunos de los dedos de sus manos también es digno de destacar.
Junto al personaje anterior, nos encontramos a un sacerdote leyendo las plegarias por el difunto, en su vestimenta es de destacar de nuevo la introducción de detalles artísticos dentro del conjunto de la obra. En el borde de su capa, observamos una franca con círculos, en los cuales nos encontramos la imagen de la calavera (símbolo de la muerte de Cristo)
El resto de los personajes que aparecen detrás del difunto, se sitúa de manera caótica, no ordenada, encontramos a algunos mirando hacia la escena del difunto, otros que miran hacia el cielo, otros miran a otros personajes secundarios, otros al espectador, etc.
Pasamos a la parte divina. En ella destacamos inserta una forma geometrica pentagonal (luego se verá mejor). En esta imagen observamos algunos detalles como algunos ángeles niños corriendo y jugando en los que destaca el hecho de que se funden con el fondo nevuloso, aparecen, a veces, solamente sus cabezas. Encontramos también un gran ángel, que sujeta a un niño difícilmente visible ya que su figura se encuentra casi plenamente fundida con las nubes. Éste ángel está cubierto con telas de seda doradas, y en su ala diferenciable se juega muy bien con las sombras, que aportan un gran realismo. Observamos también claramente diferenciado a San Pedro, con las llaves de las Puertas del Cielo, éste viste con una túnica dorada con buenos juegos de pliegues, barbado y con un gran realismo en su rostro. Además, se observan otros personajes, como el Rey David (La Oración), Moisés (La Ley) y Noé (El Bautismo), a continuación nos encontramos a un posible San Juan junto a San Pedro. Vemos también en la parte derecha de la compisición a varias figuras humanas entre las que se encuentran Felipe II (defensor de la Fe), Santo Tomás con la escuadra. Y por último encontramos inmediatamente debajo a Marta, María y Lázaro (Fe en la Resurrección)
En las escena principal, que es la que genera el pentágono, se observa la figura de la Virgen María, vestida con túnicas de los típicos colores rojo y azul. En la parte superior (marcada jerarquía) encontramos la figura de JesuCristo resucitado rodeado de ángeles. En él se muestran claros símbolos de la Pasión, como la herida de la lanza en su costado. Encontramos a un Cristo sentado, con una túnica blanca, su posición es muy sutil y con un canon claramente alargado donde se observa una cabeza bastante pequeña. Además, tenemos a un Cristo barbado, con un gran realismo en el rostro y una gran expresividad.
Encontramos una tercera figura, que es la figura implorante y arrodillada San Juan Bautista. Éste se encuentra semidesnudo, y El Greco hace un estudio interesante de la anatomía del Santo, remarca las costillas, y le da un grado de fragilidad, dando a entender que es el humilde servidir de Cristo.
A rasgos generales, El Greco remarca muy bien a los personajes que quiera dar protagonismo en la obra y confunde con el fondo a los más secundarios. Utiliza clores vivos para los protagonistas y tonos negors y grisis para los secundarios. El simbolismo de la obra es claro, tanto en cuanto a la utilización de símbolos cristianos, como en la posición y las posturas de los personajes, que dan a entender muchos aspectos mencionados en el comentario.
A continuación, muestro una imagen con las líneas que se crean en torno a la composición y a la disposición de las figuras en la obra:
Para ver la obra con mayor tamaño pincha aquí: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnULqo8PU9tIZ7Brl8h7Mk8ejL6w-NeiYZnYIGYM6o7EHmBiXE2-e3ICIPr_wMra89TRlCgNsVSSJ5g7iS2id3y7EGCsM31ut8SBT7BAZY0UflZtN2l3u9QkTJ8y-pny3Roi02iutB65Bg/s1600/Entierro%2520del%2520Conde%2520de%2520Orgaz.jpg