Obra pictórica perteneciente al barroco español de mediados del siglo XVII. Obra de Velázquez, considerada como una de las obras más importantes del arte español por su calidad técnica impecable.
En la imagen se ve cómo el pintor autorretratado está pintando en su estudio a los reyes de España, y la Infanta Margarita también les observa rodeada de miembros de la Corte Española. La obra está caracterizada por un gran realismo, por la captación de un instante en al vida de la Corte Española, por la influencia del tenebrismo, por el estudio de calidades, por introducir obras de arte dentro de otras, por el estatismo general, por la profundidad, la perspectiva y por el simbolismo.
La obra tiene siete elementos a describir:
Primero, observamos un autorretrato de Velázquez en la parte izquierda de la imagen, éste se encuentra con su paleta frente a cuadro que está pintando apoyado sobre el caballete. Velázquez aparece entre penumbras y mira al espectador (los reyes posando). En este personajes podemos ver la influencia del tenebrismo de la pintura barroca internacional.
Segundo, vemos el primer trío de personajes, es la Infanta Margarita con dos de sus sirvientas. El perfil psicológico se capta fácilmente en el rostro de la Infanta, arrogante y distante pese a ser una niña, además, tiene una pose como si fuese una mujer adulta. El vestido que lleva es el típico de la Corte española de la época, y aquí hay un gran estudio de las calidades de las distintas telas del ropaje. Vemos también cómo ella está girada y mira al espectador. La gran variedad de tonalidades es espectacular. La dos sirvientas se arrodillan ante la Infanta, como simbolización del poder y el estatus de la Infanta frente a las otras dos. En ellas se observan sendos escorzos laterales, y los tocados están recreados con una gran técnica, con pinceladas sueltas. La luz impacta sobre esta parte de la obra.
Tercero, vemos el segundo trío de figuras a la derecha del cuadro. Vemos dos enanos y un perro. El enano más alto mira al infinito, y el otro al perro, con el cual juega. El perro es símbolo de fidelidad, en él se aprecian buenas calidades en su pelaje, y está retratado con un gran realismo. Los enanos eran utilizados por la Corte como divertimento, como se aprecia en la imagen sus rostros son deformes en al mayoría de los casos. Estos enanos están retratados con un gran realismo y con una gran dignificación.
Cuarto, en las sombras a la derecha de la imagen podemos ver a una monja charlando con un hombre. Ambos aparecen en penumbra al margen de la escena principal.
Quinto, al fondo de la estancia, observamos un espejo en el cual se refleja, atención, a los reyes que está pintando Velázquez. Ésto nos remite al cuadro del Matrimonio Arnolfini, que cuenta con el mismo detalle. En este espejo se ve al Rey, a la Reina y un cortinaje rojo en la parte superior derecha del espejo.
Sexto, al fondo de la habitación vemos la puerta abierta, que genera mayor profundidad, dejando ver unas escaleras de subida y al posadero vijilando al escena y mirando al espectador. La luz entra por al puerta.
Séptimo, el fondo que vemos en al imagen es de cuadros del propio pintor en su estudio. La paredes generan sensación de profundidad y perspectivas. Esta parte de la composición se encuentra en penumbras
La líneas del cuadro están equilibradas, no predominan ni líneas verticales, ni horizontales ni diagonales. se podría decir que es un cuadro de dimensiones internas proporcionadas.
La luz de la obra penetra en la estancia por un gran ventanal a la derecha de la imagen e impacta sobre las escenas que se quieren resaltar. Además, la luz entra por la puerta abierta del fondo.