Obra pictórica de óleo sobre revoco, transladado a lienzo, perteneciente a los primeros años del siglo XIX, al arte romántico español. Obra del gran pintor español Francisco de Goya, que pertenece al grupo de "Obras Negras" de este artista. Es una composición de temática mitológica que recrea el momento en que el Dios/Titán Chronos devora a sus hijos, los cuales, según la tradición mitológica, le iban a remplazar en su cargo, y éste, para evitar que se regeneraran, se los comió, pero uno se salvó, y de hecho, le destrona.
Las características generales que vemos son el inicio del expresionismo, la aparición de un tenebrismo de influencia barroca, el análisis psicológico de los personajes y la intención de conmover al espectador por dentro.
La figura del Dios Chronos es alargada, que acrecienta aún más la delgadez con la que se le representa, con unas extremidades muy alargadas, irreales, que aportan mayor impresión. El cuerpo es huesudo, y sos brazos presentan zonas como en el antebrazo con la piel despegada del brazo, tirante, que aumenta esa extrema delgadez. Entre sus manos sujeta con fuerza y crueldad a su hijo, dando la sensación de que le va a partir por la mitad con sus propias manos. Al hijo le falta la cabeza, y la escena se vuelve muy sangrienta al destacar la sangre que le sale del cuello y de la muñeca, que le recorre todo el brazo izquierdo. Los hombros son extremadamente amplios, grandes y separados de la cabeza.
Hasta aquí, la luz dibuja las formas sinuosas de los personaje, y resaltan zonas de sombra que se entremezclan con el fondo, y otras zonas donde la luz impacta con mayor medida. Los colores son ocres, rojizos, que remarcan más la irrealidad y el expresionismo.
Por último, dejo para el final ele elemento más destacado, el rostro de Chronos, un rostro loco, desquiciado, que tiene unos ojos muy expresivos, que salen de sus cuencas, las cejas subidas aumentan el tamaño de los ojos y esa sensación de que el personaje está dequiciado. La boca es extemadamente grande, y se introduce el brazo de su hijo para comérselo. Este detalle genera aún más desquiciamiento, expresividad y mueve por dentro aún más al espectador. La marcas de arrugas en el rostro son de una gran calidad. El pelo blanco le da dinamismo a la obra y ofrece una gran calidad con una gama de blancos y ocres.
El color, como hemos visto, juega un papel fundamental en la obra generando zonas de luz con ocres, blancos y rojos en la sangre. La obra ofrece unos trazos pintados con violencia, con la inexistencia de una uniformidad de colores y tonalidades en las pieles. En esta pintura predomina la línea o dibujo sobre el color en ciertas zonas como en las manos de Chronos sobre el cuerpo de su hijo, pero sin embargo, predomina el color sobre el dibujo en la pierna derecha y en el pelo del Titán, así como en su hombro izquierdo, donde el fondo se confunde con la figura.