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martes, 24 de mayo de 2011

Vídeos sobre el arte barroco

Líneas generales del arte barroco


Arte barroco español
Arte barroco internacional
Arquitectura barroca

miércoles, 18 de mayo de 2011

Comentario de Los Fusilamientos del 3 de Mayo, de Goya · Arte prerromántico español

"Los Fusilamientos del 3 de Mayo"
Obra pictórica perteneciente al arte prerromántico de los primeros años del siglo XIX, y al arte español. Obra del pintor español Francisco de Goya, que representa los fusilamientos de los franceses a los ciudadanos madrileños que lucharon contra la ocupación napoleónica de España en la Guerra de la Independencia en 1808.

Esta obra es un inicio del romanticismo, una obra maestra del arte español. Las características más destacables son el simbolismo de la luz (luego lo explico) la cual es producida por un foco artificial. Además, podemos ver que los personajes no son famosos, sino que son una masa anónima. El dramatismo también es crucial, se pretende resaltar la valentía y coraje de los españoles, la teatralidad será importante en los gestos y los rostros. El patetismo es importante en alguna de las figuras que ahora comentaré.

Los detalles que podemos observar son los siguientes:
-Los soldados franceses se encuentran de espaldas al espectador, y la superposición de unos sobre otros crea aún más profundidad en esta parte de la obra. Como decía, la luz es simbólica y es positiva para las zonas que alumbra, y representa la perversión de quienes ensombrece, los franceses por tanto se encuentran en la sombra. éstos son una masa anónima que está a punto de ejecutar a los españoles que tienen en frente, cada uno tiene un trato individualizado y su disposición  de piernas refleja realismo y movimiento.
-Los españoles se dividen en dos, los muertos y los vivos. Los que ya han sido fusilados están en el suelo entre un charco de sangre, en ellos se observa un patetismo por este motivos, el escorzo en ellos es importante al encontrarse tumbados. En ellos el realismo es importante, la sangre en sus rostros incrementa el dramatismo y la crudeza de la imagen. Casualidad o no, uno de los muertos tiene los brazos abiertos del mismo modo que el madrileño vivo protagonista de la escena.  Los vivos presentan unos rostros muy expresivos, con un dramatismo terrible que nos reporta una sensación de dolor y de condena a los fusiladores. Unos se tapan el rostro por el miedo, otros se arrodillan y esconden, pero hay tres personajes a la vanguardia, un cura, cuyas telas son tratadas con pinceladas sueltas, un madrileño que presenta en su rostro una gran expresividad, mira a los franceses con desprecio y desafiándoles con los ojos muy abiertos, apretando las facciones del rostro y levantando las cejas, éste y el siguiente personaje en comentar son símbolo de la lucha de España contra los franceses y las ganas de lucha, porque van a luchar hasta el final. El siguiente personaje es el protagonista más destacado de la imagen, es el hombre que está de rodillas y con los brazos abiertos, enseñando las manos a los franceses, para presentarse como un rebelde al que no van a dominar. este hombre espera el disparo con valentía, como diciendo "dispárame ya y acaba con esto". Los colores en este personaje no presentan gran variedad, son bastante planos (blanco y amarillo), donde se puede observar que predomina el color sobre el dibujo, y que la luz impacta en él de manera más directa, los colores claros en este personajes resaltan aún más la claridad en él y su protagonismo en al obra.
-Por último, el paisaje, en el que se ve un suelo con tonos terrosos y con un desarrollo de las claridades y oscuridades según impacta sobre ésto la luz del foco. La colina detrás de los españoles tiene unos colores variados, todos cálidos pero abocetados, mezclando verdes, rojos, amarillos, colores terrosos... ésto es un inicio del impresionismo, débil, pero un inicio. y por último, al fondo vemos un castillo del que se ve la silueta en tonos grises y blancos agrisados. El cielo es negro, dado que la escena se representa de noche, en la parte superior se observan algunas leves nubes grisáceas.

lunes, 16 de mayo de 2011

Comentario de El Coloso, de Goya · Arte romántico

"El coloso"
Obra pictórica de óleo sobre lienzo, que pertenece al arte español de principios del siglo XIX y al arte romántico principalmente. Obra de Goya, que representa las crueldades de la Guerra de la Independencia, representando dicho enfrentamiento bélico.

Los rasgos característicos que podemos observar son el uso de pinceladas sueltas que generan una imagen fantástica y homogénea. Además es predominante el uso del tenebrismo y de el uso predominante del color sobre el dibujo.

En la imagen podemos observar varios apartados:
La parte inferior en la que se sitúan gentes y bestias que huyen en distintas direcciones. Es ésta una parte de la composición caótico, se observan caballos que huyen en una dirección, carabanas que huyen en otro. Las personas que aparecen están pintadas con un toque de color, incluso algunos no son más que siluetas con proporciones humanas. No se observan rostros en las personas, pero si se pueden interpretar sus gestos, que son de angustia, de miedo. Las figuras en esta parte de la obra aportan un gran dinamismo a la composición, generando movimiento con los gestos y las posiciones de sus cuerpos. se ven personas que incluso se caen de los caballos a causa del movimiento y del caos.
En esta parte de la composición se puede ver el paisaje, pero no es colorido, es tenebrista, simplemente se expone una silueta con montes o árboles, éste detalle aporta profundidad a la obra y perspectiva.

En la parte profunda de la imagen, en la parte superior, podemos ver al coloso en cuestión, del cual solo vemos su cuerpo a partir de la cadera. Esta cadera está invadida por nubes, las cuales esconden esta parte del cuerpo, la cual solo se ve en algunas zonas y por la silueta que genera. El coloso se encuentra de espaldas, lo cual aporta profundidad a la imagen, y la luz impacta sobre su torso, dejando la espalda entre sombras. El tenebrismo que podemos observar es muy intenso, dibujando las formas del coloso confundiéndolas con el fondo negro. El coloso se encuentra con las manos unidas y mirando  las mismas. El color es abocetado sobre la tela y con colores en una amplia gama de cálidos rojizos, naranjas en distintas tonalidades. Las sombras generan zonas de luz intensa y otras zonas de sombra, ésto se puede ver con mayor intensidad en las nubes que rodean su cintura, generando en ellas formas esponjosas y aportan dinamismos y movimiento.

domingo, 15 de mayo de 2011

Comentario de Chronos devorando a un hijo, de Goya · Arte romántico español

"Chronos devorando a un hijo"
Obra pictórica de óleo sobre revoco, transladado a lienzo, perteneciente a los primeros años del siglo XIX, al arte romántico español. Obra del gran pintor español Francisco de Goya, que pertenece al grupo de "Obras Negras" de este artista. Es una composición de temática mitológica que recrea el momento en que el Dios/Titán Chronos devora a sus hijos, los cuales, según la tradición mitológica, le iban a remplazar en su cargo, y éste, para evitar que se regeneraran, se los comió, pero uno se salvó, y de hecho, le destrona.

Las características generales que vemos son el inicio del expresionismo, la aparición de un tenebrismo de influencia barroca, el análisis psicológico de los personajes y la intención de conmover al espectador por dentro.

La figura del Dios Chronos es alargada, que acrecienta aún más la delgadez con la que se le representa, con unas extremidades muy alargadas, irreales, que aportan mayor impresión. El cuerpo es huesudo, y sos brazos presentan zonas como en el antebrazo con la piel despegada del brazo, tirante, que aumenta esa extrema delgadez. Entre sus manos sujeta con fuerza y crueldad a su hijo, dando la sensación de que le va a partir por la mitad con sus propias manos. Al hijo le falta la cabeza, y la escena se vuelve muy sangrienta al destacar la sangre que le sale del cuello y de la muñeca, que le recorre todo el brazo izquierdo. Los hombros son extremadamente amplios, grandes y separados de la cabeza.
Hasta aquí, la luz dibuja las formas sinuosas de los personaje, y resaltan zonas de sombra que se entremezclan con el fondo, y otras zonas donde la luz impacta con mayor medida. Los colores son ocres, rojizos, que remarcan más la irrealidad y el expresionismo.
Por último, dejo para el final ele elemento más destacado, el rostro de Chronos, un rostro loco, desquiciado, que tiene unos ojos muy expresivos, que salen de sus cuencas, las cejas subidas aumentan el tamaño de los ojos y esa sensación de que el personaje está dequiciado. La boca es extemadamente grande, y se introduce el brazo de su hijo para comérselo. Este detalle genera aún más desquiciamiento, expresividad y mueve por dentro aún más al espectador. La marcas de arrugas en el rostro son de una gran calidad. El pelo blanco le da dinamismo a la obra y ofrece una gran calidad con una gama de blancos y ocres.

El color, como hemos visto, juega un papel fundamental en la obra generando zonas de luz con ocres, blancos y rojos en la sangre. La obra ofrece unos trazos pintados con violencia, con la inexistencia de una uniformidad de colores y tonalidades en las pieles. En esta pintura predomina la línea o dibujo sobre el color en ciertas zonas como en las manos de Chronos sobre el cuerpo de su hijo, pero sin embargo, predomina el color sobre el dibujo en la pierna derecha y en el pelo del Titán, así como en su hombro izquierdo, donde el fondo se confunde con la figura.

Comentario de Finis Gloriae Mundi, de Juan Valdés Leal · Arte barroco español

"Finis Gloriae Mundi"
Obra pictórica de óleo sobre lienzo, realizada en la segunda mitad del siglo XVII y pertenece al arte barroco español. Obra de Juan Valdés Leal que hace referencia a una alegoría, a la idea de que la muerte está por encima de todo y que al final de los tiempos todos somos juzgados por igual por el Cristo nuestro Señor.

Las características generales son el sentido lúdico de la obra. En cuanto a la obra en sí, es un cuadro de tendencia tenebrista, influido por el arte barroco internacional. Una obra con unas luces que destacan las zonas a las que se pretende dar importancia. La tónica general es la de la comparación de la riqueza con detalles de podredumbre y desgaste.

En la obra podemos diferenciar varios apartados:

Primero, en la parte inferior vemos dos tumbas abiertas en las cuales reposan los restos mortales de un Papa y de un miembro de la nobleza militar (como decía, nadie se salva del Juicio Final). En ambas figuras se ven claramente los escorzos, dado que su posición de tumbados, crea esta motivo. Las telas son tratadas con pliegues dinámicos que crean sombras y contrastes de claroscuros. La figuras muestran el paso del tiempo tras la muerte, son huesos se muestran sin miedo representando que todos por dentro, al final somos iguales, y lo único que nos diferencia es nuestro exterior, las ropas en esta obra. En las ropas del Papa vemos que se encuentran sucias, roídas y se ven diferentes gamas de blancos y grises, aquí Leal muestra su maestría en este ámbito. El Papa sujeta el bastón papal típico, es interesante observar los pies de este Papa, cuyo calzado se encuentra roto y se ven los dedos desnudos del muerto. La caja en la que se encuentra, está con las tapas de madera al descubierto, y la tela que antes estaba cosida, está ahora suelta, ésto aumenta ese paso el tiempo, ese clima de antigüedad que el pintor quiere darle a la obra. Mientras el Papa se encuentra tumbado con la cabeza a la izquierda y los pies a la derecha, la otra figura muerta se encuentra en posición contraria, y además, los pies de éste no se ven, pero su la disposición de este personaje pone los el cuerpo girado un poco hacia el fondo de la estancia. En la parte más baja de la imagen vemos una banda en la que se lee el título de la obra "Finis Gloriae Mundi" ("El fin de las glorias mundanas").

Segundo, en el fondo de la imagen entre las tinieblas podemos ver calaveras, huesos, restos de fallecidos, que hacen referencia al tema principal de la obra comentado al comienzo de estas líneas. Además, se puede ver a una lechuza a la izquierda de la obra.

Tercero, la visión de la mano de Cristo sujetando delicadamente una balanza. Se diferencia que es Cristo porque en Él se perciben las llagas de la Pasión (sangre causada por el clavo de La Cruz en la palma de la mano. En el brazo derecho. La figura de Cristo se abre paso entre nubes, y aporta luz a la imagen, todo esto hace entender que representa a la divinidad. Los tonos son ocres y rojizos, y la túnica que se puede ver de Cristo es roja (recordemos la obra "El Expolio", que la túnica era roja. Este detalle responde a la tradición cristiana). No es casual que Cristo se sitúe en la parte más alta de la imagen, ésto va en la línea de la tradición católica y de la imaginería de esta fe, que remarca la jerarquía social, poniendo a Cristo en lo más alto.

Cuarto, la balanza sujetada por Cristo, es una balanza que se encuentra en equilibrio entre los dos platos. Debajo de cada plato aparecen las palabras "Nimas" (están los símbolos de los pecados capitales) y "Nimenos" (están algunos elementos ligados a la virtud, la oración y la devoción), puesto correctamente "Ni más ni menos", es una frase hecha española que significa "en su justa medida", es decir, que la balanza es justa, y que por lo tanto, Cristo hace un juicio justo sobre los hombres. La simbología es muy potente en la obra entera, pero en estas balanzas lo es aún más. En la alanza de la derecha vemos resaltadas las siglas JHS con la Cruz coronándolas (las siglas significan "Jesus Hominum Salvator", en español "Jesús el Salvador de los hombres").

La luz entra en la estancia por una ventana a la izquierda de la imagen y por la apertura de los cielos en la parte superior. La líneas que podemos destacar son las diagonales de los cuerpos muertos que forman una "V" abierta. Las líneas verticales son las creadas por la pared de la izquierda que se ve impactada por la luz de la ventana, y las cuerdas de la balanza. Pero en general es un cuadro bastante caótico en cuanto a la disposición de los cuerpos.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Comentario de Niños comiendo melón y uvas, de Murillo · Arte barroco español

"Niños comiendo melón y uvas"
Obra pictórica perteneciente al mediados del siglo XVII al arte barroco español. Obra de Murillo que representa una escena costumbrista de la picaresca española.

En la imagen observamos la vida de los barrios bajos de la época, la vida de los niños desarraigados que se debían buscar la vida por sí mismos.
Vemos detalles interesantes de las ropas roídas de los dos niños, unas expresiones de normalidad, no existen unos rostros o unas expresiones de dolor o sufrimiento, sino que los rostros muestran miradas pícaras de complicidad entre ambos personajes.
Analizando las figuras detalladamente encontramos unos pies descalzos, sucios y ennegrecidos. La posición de los cuerpos, sobre todo las piernas,  presentan malas posturas, retorsión de las figuras y escorzos, sobre todo en las piernas del niño de la izquierda que come las uvas. El detalle de las telas ennegrecidas y sucias hace crear sombras y diferentes tonalidades de los colores originales. Ambos muestran un aspecto desaliñado, pero no se mofa de ello, todo lo contrario. Son dos personajes anónimos, por lo que el autor simplemente quiere retratar una situación costumbrista como crítica social.
El fondo que observamos es el suelo, con restos de comida, y la cesta a la izquierda de la imagen, donde hay comida. Son por tanto, reminiscencias del bodegón y de naturalezas muertas. En la pared del fondo se ven negros terrosos, que aportan a la escena un mayor climax de crítica social.

Observamos que la luminosidad impacta directamente en los niños y en los elementos, como el cesto, que se quieren resaltar. El color trata de detallar los distintos rasgos de los detalles de la composición. La línea remarca bien los contornos y las distintas formas a resaltar.

Comentario de San Hugo en el refectorio de los Cartujos, de Zurbarán · Arte barroco español

"San Hugo en el refectorio de los Cartujos"
Obra pictórica del siglo XVII perteneciente al arte barroco. Obra del pintor español Francisco de Zurbarán que describe la escena en la que San Hugo va a visitar a los Cartujos en Cuaresma y les encuentra comiendo carne, lo cual estaba prohibido.

En la obra podemos observar varios detalles: Primero podemos ver cómo existe una pintura dentro de la obra en la pared del fondo, la cual aporta horizontalidad a la composición. Segundo, observamos a a 5 cartujos principales y otros dos que se salen en parte del marco de la imagen, un detalle muy barroco.  En estos vemos un dominio de las tonalidades del blanco, que portan luminosidad al cuadro. Los cartujos visten ropas oficiales de la época, y las capuchas ayudan a crear una verticalidad en la obra. Tercero, la mesa aporta horizontalidad, y he aquí los detalles más asombrosos de la obra, un bodegón de naturalezas muertas, donde encontramos jarrones bien detallados, y servilletas con pan sin probar y la carne en otros platos. La disposición de estos tres materiales se disponen de la misma manera (jarrón el fondo de la mesa, plato con carne a la izquierda del jarrón y algo retrasado respecto a éste, y el pan, como figuras más acercadas a las personas. Además, vemos algunos cubiertos. Las sombras que se generan con los objetos, así como los brillos, están tratados con maestría. Por último, vemos la escena principal, vemos a San Hugo (a la derecha) con su paje (a la izquierda). San Hugo se inclina y señala horrorizado el plato con la carne, lo cual centra la atención del espectador en el detalle ese. Su cuerpo, de perfil en un escorzo lateral, muestra a su mano señalando la carne, a un rostro de sorpresa, expresivo y realista, las telas juegan con las sombras y con los tonos de blancos y grises. San Hugo se inclina formando una diagonal. Observamos en él, que parte de su cuerpo sale del marco. La cacha aporta verticalidad. El paje se inclina también, y es el personaje que más resalta por su vestimenta, en tonos terrosos, típico de la época., en él, se observa una línea diagonal por esta inclinación. El paje también se muestra sorprendido, y abre la boca, remarcando esta sensación así como la expresividad.

Observamos una obra muy luminosa, en contraposición con el tenebrismo internacional, Vemos una luminosidad tal, que se hace una escena demasiado pulcra.

domingo, 8 de mayo de 2011

Comentario de Las Meninas, de Velázquez · Arte barroco español

"La Meninas"
Obra pictórica perteneciente al barroco español de mediados del siglo XVII. Obra de Velázquez, considerada como una de las obras más importantes del arte español por su calidad técnica impecable.

En la imagen se ve cómo el pintor autorretratado está pintando en su estudio a los reyes de España, y la Infanta Margarita también les observa rodeada de miembros de la Corte Española. La obra está caracterizada por un gran realismo, por la captación de un instante en al vida de la Corte Española, por la influencia del tenebrismo, por el estudio de calidades, por introducir obras de arte dentro de otras, por el estatismo general, por la profundidad, la perspectiva y por el simbolismo.

La obra tiene siete elementos a describir:

Primero, observamos un autorretrato de Velázquez en la parte izquierda de la imagen, éste se encuentra con su paleta frente a cuadro que está pintando apoyado sobre el caballete. Velázquez aparece entre penumbras y mira al espectador (los reyes posando). En este personajes podemos ver la influencia del tenebrismo de la pintura barroca internacional.
Segundo, vemos el primer trío de personajes, es la Infanta Margarita con dos de sus sirvientas. El perfil psicológico se capta fácilmente en el rostro de la Infanta, arrogante y distante pese a ser una niña, además, tiene una pose como si fuese una mujer adulta. El vestido que lleva es el típico de la Corte española de la época, y aquí hay un gran estudio de las calidades de las distintas telas del ropaje. Vemos también cómo ella está girada y mira al espectador. La gran variedad de tonalidades es espectacular. La dos sirvientas se arrodillan ante la Infanta, como simbolización del poder y el estatus de la Infanta frente a las otras dos. En ellas se observan sendos escorzos laterales, y los tocados están recreados con una gran técnica, con pinceladas sueltas. La luz impacta sobre esta parte de la obra.
Tercero, vemos el segundo trío de figuras a la derecha del cuadro. Vemos dos enanos y un perro. El enano más alto mira al infinito, y el otro al perro, con el cual juega. El perro es símbolo de fidelidad, en él se aprecian buenas calidades en su pelaje, y está retratado con un gran realismo. Los enanos eran utilizados por la Corte como divertimento, como se aprecia en la imagen sus rostros son deformes en al mayoría de los casos. Estos enanos están retratados con un gran realismo y con una gran dignificación.
Cuarto, en las sombras a la derecha de la imagen podemos ver a una monja charlando con un hombre. Ambos aparecen en penumbra al margen de la escena principal.
Quinto, al fondo de la estancia, observamos un espejo en el cual se refleja, atención, a los reyes que está pintando Velázquez. Ésto nos remite al cuadro del Matrimonio Arnolfini, que cuenta con el mismo detalle. En este espejo se ve al Rey, a la Reina y un cortinaje rojo en la parte superior derecha del espejo.
Sexto, al fondo de la habitación vemos la puerta abierta, que genera mayor profundidad, dejando ver unas escaleras de subida y al posadero vijilando al escena y mirando al espectador. La luz entra por al puerta.
Séptimo, el fondo que vemos en al imagen es de cuadros del propio pintor en su estudio. La paredes generan sensación de profundidad y perspectivas. Esta parte de la composición se encuentra en penumbras

La líneas del cuadro están equilibradas, no predominan ni líneas verticales, ni horizontales ni diagonales. se podría decir que es un cuadro de dimensiones internas proporcionadas.
La luz de la obra penetra en la estancia por un gran ventanal a la derecha de la imagen e impacta sobre las escenas que se quieren resaltar. Además, la luz entra por la puerta abierta del fondo.

domingo, 1 de mayo de 2011

Comentario de La Piedad, de Gregorio Fdez. ·Arte barroco español

"La Piedad"
Obra escultórica perteneciente al barroco español del siglo XVII. Obra de Gregorio Fernández que representa un tema religioso de culto cristiano. Hace referencia al momento en el que la Virgen sostiene a su hijo momentos posteriores a El Descendimiento"

Es esta obra es palpable el dramatismo de las figuras, la espiritualidad, la expresividad y la teatralidad de los rostros y de los gestos de las dos figuras. En las líneas podemos observar una gran diagonal en el cuerpo de Cristo, con una vertical en el de la Virgen y una línea horizontal en la base de la imagen, estas tres líneas generan un triángulo, con el que se enmarca la obra.

Los detalles escultóricos que observamos son el profundo acartonamiento del trato de la madera (material del que está hecho la obra), lo pliegues que se observan en las telas y en las rocas son angulosos y de un vago realismo, que contrasta con las dos figuras humanas. En Cristo podemos ver a un Cristo hombre, con las huellas de La Pasión en su cuerpo (clavos en manos y pies y lanza en el costado). En Cristo observamos un gran estudio anatómico con un notado realismo. El escultor, crea un cuerpo doliente, un cuerpo delgado y ya muerto, con una musculatura marcada, que no ruda. El rostro de Cristo denota muerte, con los párpados cerrados con la mandíbula sin vida, caída...
Se observa una conexión con la Virgen donde ésta sujeta a su hijo con la mano izquierda, la cual agarra con fuerza a Cristo (mano en tensión), aquí se observa u gran realismo y una gran teatralidad dramática, que acompaña a la de la composición. La Virgen se muestra con un rostro doliente, suplicante, dramático, sufriente. La expresión del rostro tiene unos ojos llorosos con el entrecejo arrugado y la boca abierta, lo cual añade más dramatismo a la obra. La mano derecha de la Virgen acompaña la súplica con su gesto.

En cuanto a la línea cromática, vemos que la Virgen conserva el tradicional rojo en el vestido y azul en el manto, al cual se añaden remates dorados. La luz actúa sobre la tela generando zonas de gran luminosidad y otras de gran oscuridad, gracias al juego de variedad de tonalidades cromáticas. En Cristo, el color genera las huellas de La Pasión, con u cuerpo amoratado, con rastros de la tortura que sufrió momentos previos a su muerte. Es un cuerpo sucio, sobre todo en los pies y en las rodillas, donde crea más sombras.

Comentario del Cristo de la Clemencia, de Martín Montañés · Arte barroco español

"Cristo de la Clemencia"
Obra escultórica perteneciente al arte barroco español del siglo XVII. Obra policromada de Martín Montañés que tiene una temática religiosa del culto cristiano. En la figura se narra uno de los momentos de Cristo en la Cruz.

Es esta obra podemos observar a un Cristo crucificado a cuatro clavos sobre ambos pies y ambas palmas de las manos, siguiendo la tradición católica. Vemos a un Cristo hombre.

En la disposición de las piernas vemos cómo la una se entrecruza con la otra creando juegos de luces y sobres entre ellas. El trato de la tela que le cubre la entrepierna es detallado, con numerosos juegos de pliegues que crean una textura rugosa y claroscuros que aportan realismo a la composición. El torso es escuálido, con una delgadez notable remarcándole las costillas con suavidad. Los brazos se encuentran en tensión, abiertos de par en par, y por el gesto y la disposición de las manos, vemos que éstas no sostienen el cuerpo, sino que se deja caer por el cansancio y el agotamiento. En el rostro vemos a un Cristo barbado (barba y pelo con rizos que crean movimiento), doliente, tratado con respeto, pero aportando mucho realismo a la imagen con cierta teatralidad en el conjunto. En su rostro vemos a un hombre con los ojos entreabiertos, mirando a la nada y con la boca entreabierta, que aporta aún más realismo, expresividad y sentimiento a la obra.

En cuanto al color, vemos en la obra una variedad cromática, exponiendo una amplia gama de tonalidades de colores, creando juegos de sombras, remarcando la musculatura, etc. Además, vemos el recorrido de la sangre en pies y manos por los clavos y en el rostro por la Corona de Espinas. Vemos también un cuerpo sucio por el polvo y el transcurso de La Pasión. En los paños podemos observar una amplia gama de rises que a veces se tornan amarillentos.