"Martirio de San Bartolomé"
Obra pictórica barroca perteneciente al siglo XVII. Obra de José de Ribera que refleja el martirio de San Bartolomé.
La obra se caracteriza por el dominio de la luz, en contraposición con las obras tenebristas del barroco internacional de la época. La obra tiene protagonismo de líneas diagonales, de profundidad, de realismo y expresividad y de teatralidad. La imagen pretende causar sentimientos al espectador.
En la imagen se ven cuatro aspectos fundamentales.
Primero, la imagen de San Bartolomé, que está siendo colgado y atado en un tronco de madera. En él se ven las líneas diagonales y una incidencia de la luz clara. El realismo es claro en su figura, vemos a un hombre semidesnudo con rasgos de tortura, de suciedad y de hambre, vemos aun hombre esquelético donde se observan los claroscuros en brazos, rostro y cuello. Se pueden ver rasgos de la tensión en su cuerpo, con una marcada musculatura en los brazos y las piernas como rasgo de resistencia del santo. Vemos una expresividad y una emoción que pretenden causar sensaciones de dolor al espectador.
Segundo, los verdugos, en los cuales se observan las diagonales, los profundos escorzos (personaje de rojo), los claroscuros en los cuerpos de los tres, la tensión y la marcada musculatura por el esfuerzo que tienen. Estos personajes generan un dinamismo y movimiento en al obra, y el trato del color sobre ellos remarcan el realismo y la tensión con zonas oscurecidas y zonas de luz, aquí es en el único momento donde se pueden ver las influencias del tenebrismo.
Tercero, los espectadores del momento, que se encuentran el fondo de la imagen agolpados, creando zonas de agobio en al composición. Son personajes realistas que muestran pobreza y una bajo estatus social. Observan la escena con susto y muestran una gran expresividad y realismo en sus rostros demacrados. Son personajes impersonales y cotidianos. Entre los personajes vemos a una mujer a la izquierda de la imagen que mira al espectador implicándole en al representación.
Cuarto, el fondo del cielo claro y con pocas nubes difusas y claras que aportan luz a la composición.
El palo en el que atan al santo aporta verticalidad a la imagen, al igual que las cuerdas que levantan al santo, en contraposición con las diagonales antes mencionadas. En la imagen domina el color sobre la línea, y los colores son ricos y variados, aportando diferentes tonalidades y juegos de sombra de calidad.